jueves, 2 de julio de 2015

Las editoriales cartoneras: edición alternativa y social


Se trata de proyectos editoriales alternativas con un importante componente social que pretenden ofrecer una forma de trabajo creativo y sostenible a personas de bajos recursos pero, también dar impulso a la literatura de artistas locales y autores nóveles o poco conocidos.
Las editoriales cartoneras son una tendencia dentro de algunas editoriales alternativas tanto por sus temáticas, materiales como por su compromiso social.  El proyecto surge en 2002 en el barrio de Almagro de Buenos Aires, son los días de la crisis financiera argentina, los años del llamado “Corralito” que empuja a muchos argentinos a buscarse la vida haciendo trabajos tales como recogiendo cartones. De este modo de la mano de del escritor Washington Cucurto y el artista plástico Javier Barilaro junto a otros artistas nace en una librería alternativa llamada “No hay cuchillo sin rosas” el proyecto editorial “Eloisa Cartonera“, la primera editorial cartonera, que actualmente tiene su sede en el barrio porteño de La Boca, y ya ha publicado más de 100 títulos.
La idea básica del proyecto era generar mano de obra genuina y a la vez desarrollar una editorial alternativa. Para ello compraban cartón a quienes lo recogían en las calles para ganarse la vida a un precio cinco veces superior al que se lo pagaban habitualmente, material que era utilizado para diseñar las portadas de los libros objeto, de ahí el nombre de editoriales cartoneras. El cartón se pagaba a 1,50 dólares cuando lo habitual era pagarlo a 0,30 dólares, y por la realización del trabajo de manufacturar las cubiertas de los libros se pagaba a los operarios un sueldo de 3 dólares la hora.
Entre los textos publicados hay autores noveles y alternativos,  hay artistas plásticos, diseñadores gráficos, compiladores y escritores, mujeres, estudiantes, investigadores, jóvenes, emprendedores y referentes comunitarios, pero también autores consagrados que cedieron sus derechos para este fin social como Ricardo Piglia o César Aira.
Cada libro de estas editoriales es un objeto único e irrepetible, su manufactura es responsabilidad de un grupo de cartoneros y artistas movilizados por el cambio social. Aunque con objetivos y fines sociales similares cada editorial funciona de manera autónoma a través de cooperativas y posee su propia singularidad tanto en la manufactura siempre artesanal como en las temáticas. Por lo general todas ellas utilizan una técnica mixta decollage sobre el cartón reutilizado, incluyendo tejidos, recortes de prensa y cómic, fotografías de revista, o dibujos coloristas y originales de diversos artistas hechos con temperas, y las tiradas son de unos 30 ejemplares únicos. En cuanto a los géneros que se cultivan son también diversos desde poesía, cuentos, novelas, ensayo, comics a libros infantiles.
Incluso es original la forma de comercialización del productom ya que los libros son vendidos en el centro de la ciudad por los miembros de la cooperativa realizando intervenciones, tales como el uso de vestidos de cartón y la recitación de poesía o relatos a través de megáfonos.
Entre los fines que persiguen estas editoriales está incorporar el arte como una herramienta estética para la transformación social, política y cultural. Y también son el vehículo de expresión de comunidades marginales y artistas que no tienen la posibilidad o no desean publicar en las editoriales convencionales. Las temáticas son muy diversas aunque prima lo alternativo y lo social, los temas locales o regionales y los libros escritos en lenguas indígenas.
El movimiento alternativo de editoriales cartoneras que nace en Buenos Aires como expresión artístico alternativa y social, paulatinamente va expandiéndose por todo Latinoamérica, e incluso a Europa. Entre los logros del movimiento cartonero está la entrada en la universidad, concretamente existe un proyecto en este sentido en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima), la universidad más antigua de América, llegando a celebrarse en 2013 el I Encuentro de Literatura Cartonera. En Brasil existe el proyecto “Dulcinéia Catadora” que realiza talleres formativos sobre literatura cartonera los fines de semana en basureros y centros de reciclaje. En España hay dos proyectos de editoriales cartoneras.  ”Aida Cartonera” en la prisión de Segovia, que funciona desde 2013 a través de un proyecto de integración con internos drogodependientes y “La Veronica Cartonera” creada en Barcelona en el año 2013. Además en Europa existen proyectos en Francia, Alemania y Finlandia, lo que ha posibilitado el primer encuentro de Editoriales Cartoneras en Europa y la convocatoria de premios para este tipo de publicación.
Se trata de proyectos editoriales alternativas con un importante componente social que pretenden ofrecer una forma de trabajo creativo y sostenible a personas de bajos recursos pero, también dar impulso a la literatura de artistas y autores nóveles o poco conocidos.

No hay comentarios: